La falta de precios frena ventas de vehículos y de inmuebles

Sin precios de referencia por la suba del dólar oficial y la escalada del blue, se paralizaron operaciones en sectores en los que se suele invertir

El aumento del dólar oficial definido esta semana por el Banco Central, que generó una devaluación del 22%, y la escalada imparable del blue, provocó una parálisis en dos sectores que suelen ser un refugio para inversores que tratar de escapar a la pérdida de valor del peso, tales como el mercado inmobiliario y la compraventa de vehículos, usados o 0KM, ya que no cuentan con precios de referencia.

En este último caso, Juan Antonio Geminiani, propietario de una tradicional concesionaria multimarca en La Paz y con experiencia en el rubro desde hace más de cuatro décadas, manifestó a UNO: “En este momento no hay precios. Ya desde la semana pasada, cuando empezó a saltar el dólar, muchas marcas cerraron la facturación porque no sabían a cuánto vender. En este momento no hay ninguna comunicación fluida, no llamar para preguntar cuánto vale tal cosa, porque hoy el que tiene algo te pide lo que quiere o lo que cree que va a valer. La gente seria directamente no te vende y no te da precio, te dice que esperes”.

En este contexto, Geminiani se mostró expectante en que entre hoy y mañana la situación encuentre un rumbo: “Calculo que en lo que queda de la semana va a haber algo aproximado en cuanto a precios, de acuerdo a cómo se vayan desarrollando los acontecimientos”.

A su vez, comentó que no hay stock de importados, ni siquiera desde países del Mercosur. “Por ejemplo, Volkswagen (VW) sacó un modelo que es el Polo Track, un auto que hicieron para reemplazar al Gol, y hay más de 400 unidades paradas en la aduana, que no se movieron cuando el dólar oficial estaba a 280 pesos, y menos va a pasar ahora que está a 350. Lo que es importado directamente no existe en el mercado y hay alguno que otro vehículo nacional, como la Amarok y la Taos en VW, y en Chevrolet el Cruze y la Tracker, pero con un stock muy limitado, porque también hay que ponerse en el lugar de quien tiene que reponer, con un aumento que va a ser duro, de alrededor de un 15% o un 20%”, señaló.

Con respecto a los autos usados, indicó que tampoco se puede calcular el valor, debido a que se determina en base a un porcentaje de lo que cuestan los 0KM, y confió: “Si hoy viene alguien y me quiere comprar un usado, le pido 10 millones y me los da, me trae un problema, porque no sé qué hacer con ese dinero, ya que no tengo para reponer”.

“De todas maneras, en este momento no hay demanda, está todo el mundo quieto y esperando, así como espera el que vende también lo hace el que compra, porque no quiere salir y que le pidan hoy un disparate”, añadió.

En cuanto al mercado inmobiliario, que ya viene muy golpeado por la retracción en la demanda, en general de la falta de liquidez y la ausencia de líneas de crédito a tasas razonables para adquirir un inmueble, los precios hace tiempo se expresan en dólares. Fue un fenómeno que comenzó a darse en Buenos Aires años atrás, pero que se extendió a todo el país para poder tener una referencia del valores ante la ola inflacionaria y otras variables. Y mientras en diversos sectores pueden anclarse en la divisa oficial, en el rubro inmobiliario prefieren hablar de “dólar billete” ante la consulta de cuál de los tipos de dólar consideran al momento de concretar una operación.

José María Armándola, referente de una inmobiliaria con amplia trayectoria en la región, analizó la situación y señaló a UNO: “Esto de la dolarización de los precios se dio primero en Capital Federal y se fue extendiendo a las provincias, y como continuó la inestabilidad de la economía, hoy está prácticamente dolarizado todo el país”.

Sobre este punto, precisó: “La verdad es que no tenemos moneda. Si buscamos comparar cuánto sale un inmueble, el dólar es un comparable, está fijado como algo estable que conocemos. Y cuando se dan estos movimientos del dólar, lo que se genera en realidad es una devaluación del peso. Nuestro peso está en caída libre, y lo que genera en un primer momento es incertidumbre: nadie conoce el precio de las cosas. Se está pidiendo estabilizar los precios, pero no es un fenómeno del sector inmobiliario, es en todos los mercados”.

Sobre el panorama actual, manifestó que el aumento del dólar “lo único que genera en el sector es que la gente paraliza momentáneamente las operaciones, hasta ver un poco qué pasa”. Según afirmó, las operaciones que estaban en marcha se frenaron tanto de parte del vendedor como del comprador, y subrayó: “Los dos tienen dudas, porque el vendedor no sabe si está vendiendo caro o barato; y el comprador no quiere desprenderse de los billetes, porque se siente más seguro así, ya que es efectivo líquido. Lo otro es entrar en el mercado, donde tiene muchísimas ventajas, pero ya no va a tener liquidez y no la va a tener disponible cuando quiere”.

Por otra parte, el empresario inmobiliario comparó la situación actual con el ajuste que se realizó en junio de 1975 por el entonces ministro de Economía de la Argentina, Celestino Rodrigo: “Los que tenemos varios años en el mercado a esto lo conocemos desde la época del ´rodrigazo´, con la primera gran devaluación de Celestino Rodrigo, por lo menos de la que tenemos memoria”, expresó.

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También evaluó cómo la inflación viene afectando al rubro, y sostuvo: “En un país con una altísima inflación como la que tenemos es imposible que exista el crédito hipotecario, porque la tasa de intereses que se va a cobrar sería estrafalaria, impagable. Hoy el crédito no existe en la Argentina, y el mercado inmobiliario en el mundo se mueve generalmente a través de créditos”.

Asimismo, observó: “En la actualidad se retraen este mercado y prácticamente todos los mercados. Ahora vamos a entrar en un período de transición hasta las elecciones. Veremos quién será el nuevo gobierno y cual será el plan económico que tendrá, así que seguramente vamos a seguir así hasta el año que viene, con un panorama complicado para realizar operaciones, en el que el poder adquisitivo es muy bajo, y por la gran inflación no hay créditos”.

Facturas en dólares

En otros sectores también atraviesan inconvenientes por la devaluación. Juan Alberto Bettendorf, contador general de una metalúrgica de Gualeguaychú que es líder en la fabricación y comercialización de acoplados, carrocerías y semirremolques, expresó que la compra de insumos con la suba del dólar hoy es compleja. Sobre este punto, contó a UNO: “Hubo aumentos importantes en toda la cadena. La gran mayoría de los proveedores está en el orden del 15% al 18%, pero algunos aplicaron ya un 22%. Lamentablemente esta situación y la devaluación van a absorber toda la competitividad, y no hay razón para que aumenten todo eso, debería ser mucho menos”.

“En lo que es chapa, hay dos proveedores, no hay mucha competencia e importar no podés. Y no sólo ya están facturando a 350 pesos, que es el valor que fijó el Banco Central para mayoristas, sino que la factura viene en dólares, no es pesos. Así que cuando vas a pagar tenés que fijarte cuánto vale ese día. Y financiación casi no hay, a lo sumo a 30 días, que es muy corto plazo”, sostuvo.

Acerca de la demanda, concluyó: “Ante la incertidumbre las ventas se paralizan; hay un compás de espera. Pero como nadie quiere tener pesos y mañana le van a cobrar más caro lo que necesita comprar, y entonces se termina moviendo de nuevo la rueda”.

Fuente / UNO entre ríos